Socorro Correa ( Presidenta de AMIKO).-
Y continuamos con la epidemia silenciosa: el abandono de camadas de cachorros de gatitos y perritos nos angustia, colapsa y ahoga. Este verano, además de padecer el temido y clásico repunte de estas fechas de canes y felinos abandonados, hemos experimentado un aumento significativo de las cifras de abandono de camadas de cachorros. Esto enciende todas las alarmas en las asociaciones protectoras, después de años de intensas y variopintas estrategias para hacer llegar a los dueños de perros y gatos los beneficios y bondades de la esterilización, llegamos hasta donde llegamos, pese a toda nuestra voluntad y empeño.
Impotentes asumimos mes tras mes y año tras año las consecuencias de la irresponsabilidad y por supuesto la falta de empatía y humanidad de personas que unas veces se deshacen de los cachorritos con absoluto desprecio dejándolos en bolsas o cajas dentro de los contenedores de basura, otras que se consideran más amables dejándolos en mitad de campo a las puertas de un invernadero,o de un cortijo, o de la perrera municipal, con la absoluta convicción de estar ofreciéndoles una oportunidad, y seguramente se volverán a sus casas contentos de su ” buena acción “. En ocasiones hasta se consideran héroes por no optar por lo tradicional y socialmente aceptado en muchos entornos más toscos y primitivos que es ahogar en un cubo o acequia a los cachorritos.
Las campañas de esterilización gratuitas, o a precios ” populares” , tendría que dejar de verse como una excentricidad de las asociaciones protectoras, y sí como un primer paso en la dirección correcta para llegar a la solución del problema, que aunque no se hable de él, porque no proporciona votos, provoca situaciones absolutamente tercermundistas.Esterilizar, especialmente aquellos animales que viven en ámbitos complicados de controlar, como los entornos rurales: cortijos, ” terrenillos” y ” parcelillas”… etc etc. Sus dueños los utilizan como guardianes y no sólo son vistos como simples herramientas, si no que además se les dispensa poca o ninguna atención veterinaria y que son la fuente más importante de camadas, que además suelen ser numerosísimas por pertenecer a perros de razas o tamaños grandes.
Campañas de información y concienciación unidas a campañas de esterilización, serían el punto de partida para llegar a ese estado de gracia del que disfrutan, hace tiempo ya, la mayoría de países europeos, que no necesitan ni de perreras municipales, ni de ignominiosas campañas de sacrificios, que además de salir del bolsillo del contribuyente nunca resolverá el problema. Y mientras tanto, las asociaciones protectoras, el eslabón más débil de esta cadena, carga, sin ayuda, con el peso de la irresponsabilidad de los dueños, la indiferencia de las instituciones y la apatía de quienes pueden cambiarlo todo.
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