Cuando un niño aprende a amar a los animales está aprendiendo el arte de la compasión y desarrollando las habilidades emocionales necesarias para empatizar con otros seres vivos.
Cuando fomentas estos valores en tus hijos, les estas enseñando la importancia de ser pacientes y afectuosos con los seres que no pueden ayudarse a sí mismos. Inculcarles el respeto y el amor por los animales, le ayudará a ser mejor persona y a crear un futuro mejor para todos.
«Los niños que tienen la habilidad de empatizar con otros, incluyendo animales, suelen convertirse en adultos respetados y valorados.»
Una buena manera de enseñarles que los animales tienen su lugar en el mundo, es observándolos en su hábitat natural, no solo en cautividad, porque esto les reforzaría la idea de que los animales existen únicamente para nuestro servicio.
Por eso siempre que puedas llévalos a verlos en plena naturaleza y enséñales la importancia de cuidar y proteger el medioambiente.
Léele libros sobre los animales y su comportamiento natural, a la mayoría de los niños les encanta. Elige libros que se centren, no solo en los rasgos físicos de las diferentes especies, sino en sus costumbres sociales y emocionales. Compara esos hábitos con los de los seres humanos para que puedan empatizar con ellos.
Dale la responsabilidad de cuidar a un animal. Si tienes un animal en casa, deja que los niños participen en el compromiso de cuidar de él, por ejemplo, rellenando el recipiente de su comida, cambiándole el agua o acompañando a un adulto a pasearlo.
Enséñales a protegerlos. Cuéntales la importancia de alimentarlos, sacarlos a pasear, estar a su lado y darles cariño diariamente de la misma manera que ellos también lo necesitan.
Fomenta el comportamiento y el lenguaje respetuoso. Enseñándoles a ser amables con ellos, especialmente cuando tienen miedo. A respetar sus momentos de tranquilidad o sueño. A no lastimarlo con bruscos juegos. Y sobre todo recuerda siempre que los niños como mejor aprenden es siguiendo el ejemplo de los mayores.
Visita un refugio o protectora local, esto le enseñará el impacto, tanto positivo como negativo, que los humanos podemos producir en los animales. Miles de perros y gatos sanos son abandonados y sacrificados cada año debido a las acciones humanas.
Muéstrales cómo funcionan las protectoras, como recogen animales abandonados ayudándolos para que puedan encontrar un hogar donde les den una segunda oportunidad. Sugiérele hacer una pequeña donación, dinero, alimentos, mantas o algún juguete para los perros o gatos del refugio. Cualquier cosa que fomente su solidaridad y generosidad.
Está claro que no podemos obligar a nadie a querer a los animales, pero sí a educar en el respeto y ésa es una tarea que los padres pueden llevar a cabo desde que los niños son muy pequeños.
Inculcar esto en vuestros hijos, será un valioso legado que hará de ellos adultos responsables con un gran respeto por la Vida.
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